Fuente | Vaya Cosas!!!
Un individuo que advierte a quienes osan acceder a su blog que "Escribir es meterse en problemas" ha de tener muy clara su vocación de kamikaze juntaletras. Le ocurre, y en grado sumo, al ínclito Salvador Sostres, indisimulado arribista mediático -acogido generosamente por El Mundo- cuya lectura está desaconsejada por los facultativos, pero al que hoy le cedemos (gustosos) parte de nuestro espacio para que los (des)prevenidos sepan con quién se juegan su salud mental si deciden echarle un pulso (lector) a sus artículos:
"Éstas son las diez medidas que Rajoy no osa tomar y con las que saldríamos de inmediato de la crisis, logrando un país más competitivo y una sociedad más justa.
1) Nada gratis. Acabar con la idea de que el Estado tiene que pagarte la vida. Ni la sanidad ni la enseñanza ni nada. Que cada ciudadano tenga claro desde pequeño que todo va a tener que ganárselo con su esfuerzo y su talento. El Estado sólo intervendrá cuando alguien no esté claramente en condiciones de competir por algún tipo de tara física o mental. Y no lo hará a través del concepto de subvención, sino del de caridad. La igualdad de oportunidades es una entelequia que ni existe ni existirá jamás, que no está en la condición humana y no puede continuar funcionando como excusa para que unos pocos paguen lo de los demás.
2) Redes privadas de hospitales y colegios. El Estado no tiene que construir ni una cosa ni la otra haciendo competencia desleal a la iniciativa privada.
3) Acabar con las subvenciones. El Estado no tiene que subvencionar nada ni alterar la estimulante competición entre los ciudadanos libres.
4) Cierre de las televisiones públicas. Los empresarios de la comunicación son los que tienen que hacer televisiones, periódicos y radios; y no el Estado. Ni el Estado ni cualquier otra administración pública tienen que dar ningún tipo de subvención (véase medida tercera) a ningún diario: ni directa ni indirecta. La propaganda institucional es una estafa. Partidos políticos y sindicatos tienen que vivir de donaciones privadas o de las cuotas de sus militantes, y disolverse si no son rentables.
5) Libertad de horarios. El Estado no es nadie ni tiene que regular para nada los horarios que cada ciudadano libre tenga en su negocio. Cada bar o discoteca tiene que poder abrir hasta la hora que decida su propietario. Si los clientes hacen ruido al salir, que sean multados por la policía si realmente infringen alguna ley.
6) Abolición de los convenios. Empresario y patrón tienen que poder negociar bilateralmente, es decir, libremente, sin ningún tipo de coacción, su relación laboral. Si cualquiera de los dos no cumple con su parte, que el peso de la ley caiga sobre él.
7) Abolición de los comités de empresa. Acabar con este atraco al empresario que son los comités, con sus miembros, con sus liberados, y toda esta gente que hace cualquier cosa menos su trabajo.
8) Abolición del derecho de huelga. En un Estado repleto de garantías y con libertad para que cada cual pacte sus condiciones laborales, la huelga general es siempre un chantaje.
9) Igualdad ante la ley. Si somos iguales ante unas leyes, lo tenemos que ser ante todas ellas. Que cada ciudadano pague el mismo porcentaje de impuestos. Igualmente, los ricos continuarán pagando mucho más que los pobres.
10) Ponderación del voto. Todo el mundo tiene derecho a voto pero el valor de este voto tiene que estar ponderado por la aportación que el individuo hace al Estado (declaración de renta). Es justo y proporcional que quien más aporta, más decida; y sería muy beneficioso que aquellos que más éxito han tenido más pudieran iluminarnos, y que su opinión fuera mucho más importante que la de los que siempre han fracasado".
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