Toreros Muertos | Mi agüita amarilla | 30 años de éxitos | 1986
Pablo Carbonell, Guillermo Piccolini, Many Moure y César López fueron los artífices a mediados de los 80 de uno de los fenómenos más particulares de la Historia de la música española: Toreros Muertos. Con un nombre que haría las delicias de los más recalcitrantes antitaurinos catalanes, la banda no pasó de ser la broma infinita de la 'Movida madrileña' postdictatorial, el capricho de niño rico de un polifacético artista que desde entonces se convirtió en un rostro familiar de la (contra)cultura patria en sus múltiples versiones. Separados desde hace dos décadas y (re)juntados ocasionalmente, la semana que viene los Toreros Muertos se despiden oficialmente con un concierto en Madrid y una gira posterior por Colombia. Manifiestan, para la ocasión, "ganas de enseñarle a estas nuevas generaciones que hubo un tiempo en el que había grupos que ejercían la libertad de expresión, que usaban el humor como arma arrojadiza, que planteaban los conciertos como la posibilidad de desparramar y tenían cabida en el universo pop”. Sea; y sirva para recordar -una vez más- el (gran) éxito más escatológico que las masas escucharon en nuestro país: 'Mi agüita amarilla'.
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